EL REVIVIR DE UNAS LETRAS TRUNCADAS

Pocas veces se tiene la oportunidad de disfrutar de un libro cuyas páginas, aunque encierran un dolor infinito, nos detallan en lo más profundo la vida de la gran escritora rusa Irène Némirovsky cuya obra se vio truncada por el abominable extermino judío cometido por los nazis durante la II Guerra Mundial.

En esta ocasión Iréne Némirovsky. El Mirador: Memorias soñadas se nos presenta en imágenes de fiel filmografía de una época, y lo hace la escritora, editora y traductora francesa Elizabeth Gille, que ha podido en primera persona llevarnos de la mano y adentrarnos en su memoria así como en un exhaustivo trabajo investigativo que como resultado culmina en una novela biográfica de excepcional factura.



Y quizás adquiera más valor la oferta porque la Gille es la hija menor de Irène Némirovsky; cuando solo contaba con 5 años su madre fue deportada desde Francia a los campos de exterminio donde murió al poco tiempo.

La obra comienza en la ciudad de Kíev y allí en medio de la alta burguesía judía la joven Némirovsky se recrea en un mundo de arte, dinero, lujo… que atraviesa la Revolución Rusa y llega hasta el horror del fascismo.

Por eso en el libro hay dolor, pero hay luz, dinámica, inocencia, angustia… pero sobre todo un fiel reflejo de una realidad que por desgracia truncó la vida artística de Irène Némirovsky, quien desde muy joven comenzó a escribir y nos dejó obras como El baile, Un niño prodigio, Nieve en otoño y algunas otras.

Irène Némirovsky. El Mirador: Memorias soñadas ha visto la luz gracias a varias editoriales y la portada que les ofrezco corresponde a la de 1995 de la editorial española Circe;  son 293 páginas en cubierta cromada y una tipografía de aceptable lectura que completan el placer de leerlo.



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