SÓLLER, MÁS DE CIEN AÑOS SOBRE RIELES



El año 2012 celebró el centenario del tren que une a la capital de Palma de Mallorca con la pequeña ciudad de Sóller; fue el 16 de abril de 1912 cuando entró en funcionamiento este medio de transporte tan necesario y novedoso por aquel entonces, utilizando una vía estrecha se atrevió a superar el obstáculo natural que constituía la Sierra de Alfabia y deslizarse en un trayecto de 23,7 km para ofrecer al viajero una vista única de la Sierra Tramontana.

Y también el 4 de octubre se cumplieron los 99 años de haber comenzado a rodar el tranvía que une el centro de Sóller con su animado puerto pleno de embarcaciones y rodeado de establecimientos que complementan el perfecto disfrute de tan bello lugar.

Estas dos celebraciones del mundo ferroviario en este punto de la mayor de las islas Baleares  me motivó a emprender este paseo en medio de un entorno de diferentes actividades culturales que celebran ambos aniversarios.

El viajero que llega a Sóller puede disfrutar de la tranquilidad de sus calles, bellas casas de época que mantienen una arquitectura singular, la imponente iglesia de San Bartomeu  y una red de variados restaurantes y bares de comida tradicional, así como tiendas donde se pueden adquirir productos artesanales de exquisito gusto como vinos, quesos, mieles y otros.




Diariamente y con diferentes horarios de ida y regreso, realiza este singular tren el trayecto durante el cual atraviesa trece túneles de diferentes longitudes entre los que destaca uno que mide más de 2000 metros.


Viajar en el tren de Sóller, o en el tranvía, es volver al pasado y sorprendernos con lo que se nos había olvidado: el sonido de los trenes que en la infancia nos conducían a sitios de vacaciones, a visitar a los abuelos… Es sencillamente retroceder cien años en el tiempo. Y pecaríamos si no hacemos mención al esmerado cuidado y mantenimiento artesanal  del que han sido objeto y el cuidado de su diseño interior en el cual se disfruta de grabados de importantes figuras de las artes plásticas.

Contemplar en pleno otoño, o en primavera, la imponente Sierra Tramontana transportados por un tren de hace cien años, es un regalo que nos merecemos y que en cada época del año nos regala los colores que solo la madre naturaleza puede crear.  Una excelente opción para cuando visitemos Palma de Mallorca.



Por eso hoy, Mundo de palabras les desea obsequiar con algunas imágenes tomadas en este trayecto con el único deseo de que despierten en ustedes la idea de realizar este viaje en cualquier momento de sus vidas.


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