11 Jul
11Jul

Una de las cosas buenas de Facebook es que realmente disfruto de temas, imágenes, videos... que son de mi agrado o que me aportan información, enseñanzas y también entretenimiento, porque es verdad que me río de buenas con muchas cosas; me satisface saber de mis amigos, estén como estén y donde estén. También cuando hay temas o reflexiones que valen la pena y me son cercanos (cultura, deporte, historia, política, humanitarias), y es cuando casi siempre escribo algún comentario en aras de enriquecer y apoyar de cierta forma, a la persona que se ha tomado su tiempo en subirlo a esa red social. Y en ocasiones, las comparto si para mi tienen algún valor especial.

Por estos días se celebran en Pamplona los tradicionales Sanfermines con sus encierros taurinos, que confieso de todo corazón: Me encantan!!! Desde siempre, porque de pequeña veía revistas con reportajes de toreros como Dominguín, y porque leí la novela Fiesta de Ernest Hemingway, que en definitiva, ha sido la que internacionalizó a Pamplona y sus festejos, entre ellos esta tradición que conlleva en sí misma valentía, osadía, miedo, terror y muerte, pues aunque es lo que siempre deseamos que no suceda, en los encierros, siempre está latente la cornada fatal y cuando sucede se nos nubla todo, y ese desconocido se convierte en un amigo cercano al que vamos a recordar a partir de entonces.

Y escribo este comentario porque ayer alguien me decía: “bueno, hay a quien le gusta y a quien no”...pues claro, como todo, y más en estos tiempos, que andamos renunciando a todo y a todos, que no queremos saber ni de nuestros antepasados a no ser que nos dejen una jugosa herencia. Todos los días aparece un grupo en protesta de no matar a los cerdos, a los pollos, a los conejos (una de estas la vi, precisamente delante de la Plaza de toros de Pamplona) y me pregunté “por qué allí?”. Yo tampoco estoy d acuerdo con que se maltrate a nadie: ni a ser humano ni a nada que conforme este mundo donde vivimos.

Pero de ahí a oponerme que se mate, sacrifique, se le quite la vida, o como se le quiera llamar, a un animal destinado al consumo humano, es otra cosa.

Ya sé que a mucha gente no les gustan los toros, empezando por mi marido, que desde que nos conocimos, en pleno centro de Sevilla, me dijo que era antitaurino… pero eso, a mi qué? Entiendo y comparto su negativa de que se maltrate al toro (detesto la labor de los rejoneadores…), pero el arte de torear, de hacerlo bien, es algo que no se inventó ayer, y veo más tétrico que cuando un grupo de hombres, con fusiles y perros, salen en temporada de cacería para volver al cabo de unas horas con varias piezas que luego cocinan. Y esto también hay riesgo para la vida humana porque, cuántos n han muerto de un disparo mal dirigido, o porque han estado a punto de tiro, en plena cacería.

Pero para los gustos se han hecho los colores, y como decía, Facebook  y otras redes sociales nos permite mostrar y compartir aficiones.

Algunos llena su muro de bellas imágenes, de rosas, campos, caminos… otros prefieren fotos rebosantes de comidas y postres, hay quien se enchocolata, como otros se llenan de santos y vírgenes, con la consabida frase amistosa pero obligatoria: “escribe amen y comparte”, “si no aceptas y compartes tendrás no sé cuántos años de mala suerte”. Otros, sin dar respiro, suben de manera continúa 14, 15, 20 post de temas políticos-sociales cual guion de un espacio informativo…

CADA LOCO...



Es decir, cada loco con su tema. Si te gusta, bien, y si no, pasa de largo si directamente no te atañe… porque hoy en día el pensamiento se ha diversificado tanto, o la gente no tiene muchas cosas que hacer, que, y ya esto es el colmo de las locuras, hay un señor que a través de la plataforma change.org ha pedido nada menos que se destruya el Acueducto de Segovia, Patrimonio de la Humanidad… porque según él, esa obra de arte arquitectónico construida en el siglo II d.C., es una muestra de la explotación del imperio romano hacia los pueblos conquistados y debe ser destruida… Entonces, habrá que destruir, entre otras, gran parte de la ciudad de Roma?

Por lo tanto amigos míos, sigamos disfrutando unos de otros; si nos agrada, bien, y si no, sigamos al siguiente post porque dentro de poco estaremos en contra de tantas tonterías, que un buen día decidiremos no respirar, porque es el mismo aire que aspira el vecino, que no es fan de nuestro equipo de fútbol. 


Veshi

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