EL INICIO contra el oprobio. Eso marcó la mañana del 10 de octubre de 1868, cuando la campana del ingenio de azúcar La Demajagua, a media mañana, comenzó a tañer con fuerza y las palabras del Capitán General Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, llamaban a la independencia. Se iniciaba así lo que luego la Historia denominaría como la Guerra de los Diez Años.
Más tarde Céspedes se convertía en el primer presidente de la República en Armas, y ante la negativa de deponer las armas para salvar la vida de uno de sus hijos "porque todos los cubanos caídos eran sus hijos", se le conoce también como el Padre de la Patria.
Cuentan que aquel día logró reunir alrededor de 500 hombres, entre los que se incluían sus esclavos, por lo cual, al dar a conocer su plan de lucha, Céspedes abría las puertas a la abolición de la esclavitud y la integración de las dotaciones esclavas a las fuerzas del Ejército Libertador, forja también de la nacionalidad cubana, de los primeros sentimientos y propósitos libertarios del yugo español.
Al cumplirse 152 años de aquella mañana gloriosa, nuestro homenaje a los cientos de hombres que a lo largo del siglo XIX y primera mitad del XX, cayeron en aras de conseguir la libertad plena alcanzada el 1 de enero 1959, cuando Cuba comenzó a decidir por sí misma, sin yugo colonial ni injerencia imperialista.
