De cómo somos los cubanos

...En el año 1947 se publicó en anonimato, en "Selecciones del Reader Digest", el siguiente artículo sobre los cubanos:

Se  le  preguntaba al profeta: "Maestro, háblanos de los cubanos". El profeta recogió en su puño su túnica  y  dijo:

"Los cubanos están entre vosotros pero no son de vosotros".

"Los cubanos beben en la misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y ríen de su música. Los cubanos toman en serio los chistes y hacen de lo serio un chiste. Los cubanos creen en el catolicismo, en Changó, en la charada y en los horóscopos al mismo tiempo. No creen en nadie y creen en todo. No discutáis con ellos jamás; los cubanos nacen con sabiduría. No necesitan leer, todo lo saben. No necesitan viajar, todo lo han visto; los cubanos son el pueblo elegido ... de ellos mismos.



Los cubanos se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia y en grupo por su gritería y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva la chispa del genio, y los genios no se llevan bien entre sí. De ahí que reunir a los cubanos es fácil, pero unirlos, es imposible. No le habléis de lógica pues ésta implica razonamiento y mesura y los cubanos son hiperbólicos y desmesurados. Si os invitan a comer os invitan no al mejor restauran del pueblo, sino "al mejor restauran del mundo"; cuando discuten no dicen "no estoy de acuerdo con usted" dicen: "Usted está completamente equivocado", tienen una tendencia  antropofágica: "Se la comió", es una expresión de admiración; "comerse un cable" es señal de situación crítica y llamarle a alguien "comedor  de excremento" es su más usual y lacerante insulto. Aman tanto la contradicción que llaman "monstruos" a las mujeres hermosas y "bárbaros" a los eruditos.

Los cubanos ofrecen soluciones aún antes de conocer el problema. De ahí que para ellos "nunca hay problemas".

Cuando visité su isla me admiraba el hecho de que cualquier cubano sabía cómo liquidar el comunismo, encausar a la América Latina, eliminar el hambre del África y enseñar a los Estados Unidos a ser potencia mundial. Cuando como profeta quise predicar mis ideas, empezaron por mostrarme lo que yo tenía que hacer para ser un buen predicador, y se asombraban de que los demás no entendían cuán sencillas y evidentes son sus fórmulas. Así viven en cualquier parte del mundo y no acaban de entender por qué las gentes no hablan su español".

Hasta  aquí  la visión del profeta ...

Como buen cubano pienso de veras que este profeta era ... CUBANO.




Tomado de "Temas de Sanología": Jorge Aldereguía Henriquez. Editorial Ciencias Médicas. La Habana,


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