De la cultura cubana y sus símbolos


Día de la Cultura Nacional Cubana. Se celebra en Cuba cada 20 de octubre, considerándose una efeméride que marca definitivamente el nacimiento de una nación rebelde y de su identidad.

La fecha fue instituida en conmemoración de uno de los acontecimientos más relevantes que atesora la historia patria, la entonación por vez primera del Himno Nacional cubano, La Bayamesa, como se le llamó por el pueblo cuando tropas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron a la ciudad de Bayamo.


El abogado Pedro Figueredo, Perucho, sería el autor de tan ardientes versos, quien en medio de la algarabía de la toma, por parte de las tropas mambisas del Ejército Libertador de la República de Cuba en Armas, de la ciudad que prefirió ser quemada antes de ser entregada al enemigo, escribiera las letras sobre la montura de su caballo.


A la sonada de la campana de La Demajagua, el 10 de octubre de 1868, diez días antes al suceso, se iniciaba la Revolución, y fue el día 20 en que, como expresión del carácter profundamente revolucionario de la gesta que germinaba, se llamaba al combate permanente y se exaltaba el sentimiento patrio, mediante el himno de guerra y de victoria, que copiado de mano en mano, se cantó por todos los que asistían al excelso momento.


La historia del Himno Nacional cubano se remonta al 13 de agosto de 1867 cuando, a su escritor se le propone en su propia casa componer "nuestra Marsellesa"; en la madrugada del otro día, el combatiente creaba la melodía del que más tarde se convertiría en el Himno Nacional de Cuba. El 8 de mayo de 1868, Figueredo le solicita al músico Manuel Muñoz Cedeño la orquestación de la marcha; un mes después se toca en la Iglesia Mayor de Bayamo, pero no fue hasta pasado unos catorce meses de creada la música en que se escribe la letra.


A partir de aquel 20 de octubre de 1868, las fervientes notas del Himno de Bayamo presidieron todos los actos del movimiento independentista cubano, y pasado el tiempo, ha trascendido hasta la actualidad como símbolo de la Patria y expresión concreta del carácter patriótico del pueblo cubano. Es por ello que considerar el 20 de octubre como el Día de la Cultura Cubana, es reconocer, en primer lugar, la esencia de las raíces cubanas.


INSTAURACIÓN DE LA EFEMÉRIDE NACIONAL


El 22 de agosto de 1980, en reunión del Consejo de Ministros, se acuerda la redacción de Decreto No. 74, que plantea, entre otros Por cuanto, los siguientes:


POR CUANTO: Reconocemos en el Himno Nacional de Cuba, nuestra Bayamesa, el símbolo en que se entrecruzan el sentimiento de amor a la patria y la decisión de combate, la expresión artística de ese acto cultural por excelencia en que el pueblo afirma y conquista su identidad plena, la guerra libertadora.


POR CUANTO: Se hace necesario elegir una fecha que permita conmemorar anualmente el surgimiento de la cultura cubana: independentista, antiesclavista, antimperialista y proyectada hacia el progreso social.


POR TANTO: En uso de las facultades que le están conferidas, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros decreta lo siguiente:


PRIMERO: Instituir el 20 de octubre como "DÍA DE LA CULTURA CUBANA" en conmemoración del 20 de octubre de 1868, fecha en que las tropas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron la ciudad de Bayamo y el pueblo entonó por vez primera nuestro Himno Nacional, La Bayamesa, expresando el espíritu de la independencia en su inflamada música y poesía patriótica, canto pleno a la insurrección libertadora y la abolición de la esclavitud y manifestación artística de ese profundo e irreversible acto configurador de la conciencia cubana, expresión y símbolo más alto y genuino de nuestra cultura nacional.


SEGUNDO: Disponer que cada año se elabore un programa de actividades encaminadas a conmemorar el "DÍA DE LA CULTURA CUBANA" en nuestro país, bajo la orientación del Ministerio de Cultura.


LA CULTURA


Hablar de cultura siempre será un tema difícil, porque a ciencia cierta cada cual tiene su propia definición y también, su propia cultura. A veces la discusión roza los límites de lo abstracto, sin embargo, ella, constituye la especificidad del ser humano, de hecho, no existe persona alguna sin cultura.


El término cultura designa el conjunto total de las prácticas humanas, de manera que incluye las prácticas: económicas, políticas, científicas, jurídicas, religiosas, discursivas, comunicativas, sociales en general. No sería redundante decir entonces que es algo que tiene que ver mucho con los modos de vida, nuestra manera de pensar y actuar y la demostración más legítima de lo que fuimos, somos y seremos. Qué conozco, qué me enseñaron y para qué me sirve y utilizo, conforman las dimensiones del asunto en cuestión; de hecho, la cultura ha de asumirse como un recurso valioso de futuro, de desarrollo humano y que contribuye al alcance de una mayor calidad de vida, individual y social.


No por casualidad, la cultura como componente del género humano es creadora de valores y de ética. No sólo puede concebirse como una creación artística y literaria, sino como todo lo que tiene que ver con el Himno de Bayamo.

EL HIMNO DE BAYAMO


Es, junto a la Bandera y el Escudo, un símbolo nacional de la República de Cuba. Fue compuesto por Pedro Figueredo e instrumentado por Manuel Muñoz Cedeño.
Es una exhortación al pueblo cubano a tomar las armas para luchar por la patria, lo que es motivo de orgullo. Aunque se pueda perder la vida en ese empeño, esto será recompensado en el recuerdo de la patria, por lo que se considera que es preferible morir en ese intento, tratando de ser libres antes que estar encadenados ni sometidos y soportando todo tipos de ultrajes. Para lograrlo hay que romper las cadenas y alcanzar la libertad, la independencia. Para esto hace una exhortación final a tomar las armas, calificando de valientes a los que las empuñen con rapidez.


Antecedentes históricos


Es un himno de combate, surgido en el fragor de la lucha contra el poder de la metrópoli española. Llama a defender la Patria en el combate y ofrendar la propia vida en busca de la ansiada libertad.


El 13 de agosto de 1867 se reunió el Comité Revolucionario de Bayamo en la casa del abogado Pedro Figueredo para elaborar los planes que debían desencadenar el movimiento independentista cubano. Allí se le sugirió a Figueredo que compusiese nuestra Marsellesa. En la madrugada del 14 de agosto, el revolucionario bayamés escribió la melodía del que llegaría a ser nuestro Himno Nacional. En aquel momento se le llamó La Bayamesa, como expresión de su carácter revolucionario y del lugar en que nacía la rebeldía nacional.


El 8 de mayo de 1868, Perucho Figueredo le solicita al músico Manuel Muñoz Cedeño la orquestación de aquella marcha, canto épico que se distanciaba de los himnos con perfiles sacros, e himno de guerra y de victoria que debía llamar al combate y exaltar el sentimiento patrio. Tal fue la acogida que los revolucionarios dieron a la orquestación de la marcha, que Perucho decidió tratar con el padre José Batista para interpretarla al finalizar la misa en la iglesia, aprovechando que las festividades del Corpus Christie culminarían con el Te déum en el que estaría presente el gobernador español, casado con una cubana, Julián Udaeta. El 11 de junio de 1868 logró Figueredo que se tocase en la Iglesia Mayor de Bayamo.


Cuando el gobernador escuchó la marcha se sorprendió y mandó a buscar al director de la orquesta quien le informó que era una marcha del señor Pedro Figueredo. El gobernador señaló a Perucho que la marcha no tenía nada de religiosa y sí mucho de guerrera a lo que éste respondió: “Usted no puede determinar que este sea un canto de guerra puesto que no es músico”. El gobernador español quedó entonces con la duda. La marcha creada se popularizó, se silbaba por las calles, y presidió los actos de la Sociedad La Filarmónica. Catorce meses después de creada la melodía del himno, Perucho le incluye la letra.


Iniciada la contienda bélica, el alto mando mambí determinó proceder a la toma de Bayamo, lugar más estratégico de la provincia para el primer golpe certero a las fuerzas españolas. El 10 de octubre de 1868 se inicia la Revolución, y 10 días después, el 20 de octubre, es tomada la ciudad por las fuerzas insurrectas mambisas al mando del joven abogado, Carlos Manuel de Céspedes se inició el día 18 de octubre a las siete de la mañana. La capitulación se firmó a las once de la noche del 20 de octubre de 1868 y marcó para la historia cubana, la primera victoria del ejército mambí.

CARLOS MANUEL DE CÉSPEDES


En medio de la alegría y el bullicio de las tropas rebeldes, al lado de Carlos Manuel de Céspedes y otros patriotas montado en su caballo “Pajarito”, y en medio de una multitud enardecida, Figueredo escuchó cuando se entonó su marcha y cómo el pueblo la secundaba. Extrajo una hoja de su cartera, cruzó una pierna sobre la montura del caballo y escribió la letra de la marcha. La hoja escrita pasó de mano en mano y el canto se multiplicó. Así, el 20 de octubre de 1868, en la primera ciudad libre de Cuba, se completó el nacimiento del Himno Nacional.


A partir de entonces sus notas presidieron todos los actos del movimiento independentista y ha llegado hasta hoy, como la expresión del carácter patriótico de nuestro pueblo.


Con el tiempo, y al no contar con la partitura original, la melodía sufrió alteraciones. Incluso, recibió dos versiones de armonización e introducción, una de Antonio Rodríguez Ferrer y la otra de José Marín Varona. Finalmente se obtuvo el original, de puño y letra de Figueredo, lo que provocó varios análisis y discusiones, hasta que se acordó mantener la versión de Rodríguez Ferrer, aunque la misma seguía recibiendo diversas interpretaciones.


No fue hasta 1983, que el i
nvestigador y musicólogo Odilio Urfé presentó una ponencia a la Asamblea Nacional del Poder Popular con la versión definitiva del Himno Nacional, la que fue aprobada e inmediatamente se procedió a la edición en partitura y fonograma para conocimiento público.


La versión actual de La Bayamesa, refrendada por la Ley de los Símbolos Nacionales de 1983, es la que José Martí publicó el 25 de junio de 1892 en su periódico Patria, armonizada por Emilio Agramonte, y que fue revisada en 1898 por Antonio Rodríguez Ferrer.


Estructura musical


Su música y texto los tenemos interiorizados desde niños. Lo cantan todos los cubanos en las ocasiones oficiales señaladas y en otros momentos guiados por la espontaneidad y la emoción de su contenido. Su estructura musical y poética sigue el patrón rítmico de una marcha, está dividido en dos partes que se complementan en la música desde el punto de vista melódico y formal.


A pesar de que Perucho Figueredo compuso una música para el himno esta fue modificándose con el tiempo, quizá por no contar muchas veces con la referencia de la partitura original. Esto originó que surgiesen distintas armonizaciones, las cuales diferían en mayor o menor medida del original. En 1983, el investigador y musicólogo Odilio Urfé presentó una ponencia a la Asamblea Nacional del Poder Popular en la que propuso la versión actual y definitiva de nuestro Himno. La partitura y letra originales se hallan hoy bajo la custodia del Museo Nacional de la Música.


La partitura y letra originales fueron donadas al Museo Nacional de la Música. Dicha composición poética está conformada por seis estrofas o cuartetas de veinticuatro versos, que transgreden el molde clásico de la redondilla. El autor se sirve de la polimetría, prescindiendo de estructuras métricas cerradas y de la rima tradicional.

La letra original de La Bayamesa era la siguiente:


Al combate corred, bayameses,
que la patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la Patria es vivir.

En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido.
¡A las armas valientes corred!

No temáis; los feroces iberos
son cobardes cual todo tirano
no resiste al brazo cubano
para siempre su imperio cayó.

Cuba libre; ya España murió
su poder y orgullo ¿do es ido?
¡Del clarín escuchad el sonido,
¡¡a las armas valientes corred!

Contemplad nuestras huestes triunfantes
contempladlos a ellos caídos,
por cobardes huyeron vencidos
por valientes supimos triunfar.

¡Cuba libre! Podemos gritar
del cañón al terrible estampido
¡Del clarín escuchad el sonido,
¡¡!a las armas valientes corred!

Al oficializarse como Himno Nacional de Cuba, una vez independizada la Isla, se suprimieron las estrofas que, producto de casi cuatro siglos de humillaciones e ignominias, a partir de entonces herían la sensibilidad del pueblo español, al cual los cubanos hemos permanecido siempre muy unidos por lazos de sangre y de cultura.
En las seis estrofas relaciona versos sueltos o libres (1’ y 4’ ) con los 2’ y 3’ de rima consonante. Coinciden fonéticamente: orgullosa/gloriosa; sumido/sonido; tirano/cubano; ido/sonido; caídos/vencidos; estampido/sonido (9). La quinta estrofa vincula la consonancia descrita con la rima interna, dada la coincidencia fonética de sonidos en el interior de la estrofa. Estos son: huestes/triunfantes/valientes. Los versos encabalgados en la segunda y tercera estrofas, comunican contención, ofreciendo intensidad de las emociones en su continuidad.
El texto en estrofas de cuatro versos decasílabos corresponde a las estructuras que se usaban en el Siglo XIX para las canciones cubanas. Las formas de expresión que aparecen en el texto sólo se usaban en los poemas y no corresponden al habla popular ni a las estructuras actuales del idioma español que se habla en Cuba, pero para el pueblo, el énfasis del imperativo ¡Al combate corred bayameses! / Que la patria os contempla orgullosa - resulta un mensaje directo que es comprensible aún para los niños.


Las partituras originales del himno desaparecieron en el incendio de Bayamo, pero el autor repitió la escritura de la partitura para voz y piano a petición de una amiga, y ésta, también original, se conserva en los fondos del Museo Nacional de la Música, y se expone al público en esta conmemoración. Permanentemente se muestra una copia junto a la efigie en plumilla de Perucho Figueredo junto a una Bandera cubana.


El Museo atesora también una colección de partituras y grabaciones del Himno en distintos soportes como son cilindros y discos de fonógrafo, discos de placas perforadas en cajas de música y una caja de cilindro de púas, que son mostrados en esta efeméride.

Letra actual

La letra actual del himno es la siguiente:


Al combate corred, bayameses,
que la Patria os contempla orgullosa.
No temáis una muerte gloriosa,
que morir por la Patria es vivir.


En cadenas vivir, es vivir
en afrenta y oprobio sumido.
Del clarín escuchad el sonido.
¡A las armas valientes corred!

Decreto No. 74 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros
de 22 de agosto de 1980:

"POR CUANTO: El Himno Nacional de Cuba acompañó y alentó a los revolucionarios independentistas que con la toma de Bayamo convirtieron urgencias y sueños en actos, y que con la proclamación de la independencia y la Abolición de la esclavitud, iniciaron los Cien años de lucha en que nuestro pueblo afirma su identidad y forja la nación cubana.
"POR CUANTO: En la Historia me Absolverá, fundamentando el asalto heroico al Cuartel Moncada se declara: "Se nos enseñó a querer y defender la hermosa bandera de la estrella solitaria y a cantar todas las tardes un himno cuyos versos dicen que vivir en cadenas es vivir en afrenta y oprobio sumidos, y que morir por la patria es vivir. Todo eso aprendimos y no lo olvidaremos..."
"POR CUANTO: La Constitución de la República reconoce y declara en su Artículo 4 el Himno de Bayamo como uno de los tres símbolos nacionales que han presidido por más de cien años las luchas cubanas por la independencia, por los derechos del pueblo y por el progreso social junto a la bandera de la estrella solitaria y el escudo de la Palma real..."


Con la espiritualidad humana; es a la vez, uno de los modos en los que se expresa el desarrollo y constituye un instrumento de cohesión social.

Por Luis Lacosta
Agradecimientos a Ricardo Peláez

ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO